Lenguajes de Diseño, tras la búsqueda de identidad
En un escenario normal, el mercado automotor diariamente suma nuevos actores, ejemplares que deben competir y diferenciarse en un sobrepoblado entorno. En ese momento el diseño exterior cobra relevancia, porque de él dependerá el éxito o el fracaso de un determinado producto.
Por Leonardo Pacheco
Seguramente que algo ha escuchado o leído acerca de los “lenguajes de diseño”, esas palabras que en su conjunto expresan de un modo bastante claro lo que significan en el ámbito automotor, la importancia que este asunto tiene. En el mercado actual ya no basta con dibujar audaces, elegantes o hermosas carrocerías, sino que a esos rasgos hay que sumarle el factor identidad, que es justamente lo que diferencia a una marca de otra.

Los diseñadores de automóviles tienen sus propias ideas, como todos los artistas por supuesto, y es el responsable del área el que enfrenta la tarea de canalizar esas mentes y alinearlas para alcanzar un objetivo común; no es fácil aunar esfuerzos en un equipo creativo, y menos cuando cada uno de los involucrados cree tener la razón.
Quienes proyectan las carrocerías de los automóviles modernos buscan inspiración en las cosas más increíbles, en la naturaleza e incluso en el fascinante mundo microscópico; de hecho de ahí salieron los componentes denominados “orgánicos”, una tendencia que hizo de las suyas a inicios del presente siglo. En algunos automóviles estrenados de 2000 en adelante todo era “orgánico”, desde las llantas hasta la morfología del frontal… fue una tendencia que se extinguió tan rápido como se generó.

No es fácil dar con un conjunto de soluciones arquitectónicas que, además de lucir bien, se encarguen de imprimirles identidad y parentesco a los modelos de una determinada marca. Es una tarea agotadora, que demanda enormes recursos económicos y humanos, un esfuerzo que no siempre termina bien, porque solo basta con que al público no le agraden los diseños propuestos para que todas esas ideas vayan directamente al tacho de la basura y sus creadores al departamento de recursos humanos para recibir el temible “sobre azul”.
Vestimenta distintiva
En medio de tantas propuestas se reconocen algunos “lenguajes de diseño” que han destacado por sus innovadoras soluciones, un conjunto de líneas con las que sus marcas creadoras lograron captar la atención y preferencia de los compradores; incluso algunas de esas propuestas han recibido premios por su belleza.

Muy recordado es el estilo “New Edge” de Ford, corriente que se impuso hace más de veinte años y que aún se le considera una fuente de inspiración. Sus trazos geométricos y afilados estaban presentes en modelos como el Focus, Fiesta y Mondeo, código genético que dejó de utilizarse tras una década acumulando elogios.
También a Ford pertenece el lenguaje “Kinetic Design”, estilo que reemplazó al “New Edge”, y que priorizó la aerodinámica incluso en las tipologías menos deportivas… las minivans entre ellas. Esta corriente tuvo una menor duración, comparándola con el estilo anterior, pero ejerció una influencia tan grande que hasta nuestros días algunos de sus códigos pueden verse replicados en ejemplares contemporáneos de otros fabricantes.

Otro movimiento arquitectónico es el Fluidic Sculpture impulsado por Hyundai y presente en modelos como Ioniq, i30 y Tucson, entre otros, paquete estético que ya avanzó hacia una segunda generación. Explicado de un modo simple se trata de un diseño que intenta replicar la acción de la madre naturaleza sobre los elementos, como por ejemplo del viento sobre la arena o el juego de luces y sombras generado por la Aurora Boreal.

Mazda es otro de los fabricantes que ha dado en el blanco con sus diseños, porque el estilo Kodo, alma en movimiento en idioma nipón, es una metodología que se adapta a todos los modelos producidos por la marca y que recurre a la simpleza para generar impacto. En estas carrocerías destacan los sectores sombreados que se mezclan con zona colmadas de luz natural, evidenciándose además un agudo coeficiente aerodinámico; la eliminación de ornamentos innecesarios es lo más valioso de este lenguaje.