MG3, las razones de su éxito
En el mercado automotor chileno conviven más de 65 marcas y alrededor de 2.000 alternativas, entre modelos y versiones, se disputan la preferencia de los compradores. Y en un escenario así de complejo, ¿cómo se logra ser exitoso? Es la pregunta que le formulamos al MG3, una interrogante que fue respondida de un modo contundente.
Por Leonardo Pacheco
Cuando en 2012 arribó a nuestro país la primera generación del MG3, muchos vieron ese reingreso de marca como algo inesperado y sorpresivo. Sucede que la firma británica volvía no solamente a Chile sino que al ruedo internacional, pero esta vez no de la mano de la British Motor Corporation (BMC), sino que como parte del poderoso grupo SAIC, sólido puntal que le permitió expandirse rápidamente; todo esto sucedió en 2008.

Pero del MG3, uno de los mayores aciertos de Morris Garages junto con Sport Utility ZS, podemos decir que “cayó parado”, en buen chileno por supuesto, porque además de lucir un diseño refrescante y adecuado a un público transversal, pese a su impronta juvenil, llegó con una oferta técnica y de equipamiento que impuso nuevas reglas en su categoría; con la llegada del MG3 el segmento B tuvo que mejorar la propuesta.
La primera generación de inmediato cautivó al público chileno, convirtiéndose en una conveniente opción de compra para quienes buscaban su primer automóvil y también para aquellos que querían sumar un segundo vehículo a la cochera; en las universidades el MG3 repletó los estacionamientos.

Por sus muchas cualidades fue elegido “Mejor Auto de Valor”, el mismo año en que se sumó al mercado local, un galardón que cada lustro entrega la prensa especializada. Pero el trabajo no terminó ahí, ya que los responsables de Morris Garages, empresa que dicho sea de paso fue fundada en 1924, diseñaron un agresivo plan de marketing para que el octágono de MG se grabara en la mente de los chilenos; un plan que por supuesto funcionó de maravilla.
Una seguilla de lanzamiento se produjo en lo sucesivo, algunos sedanes y SUVs, siendo la calidad de esos ejemplares el punto más destacado. Y así llegó 2018 y la segunda generación del MG3 se dejó ver en las calles, esta vez con un diseño exterior maduro pero aún juvenil, con un habitáculo muy bien configurado y una mecánica afinada hasta el último detalle… lo que por supuesto demostró una consistente evolución.

El nuevo MG3 gustó tanto como su antecesor, hasta el extremo de volver a convertirse en el “Mejor Auto de Valor”, permitiendo de paso que su fabricante obtuviera el reconocimiento a la “Mejor Marca 2020”. Hasta septiembre del año en curso se han comercializado más de 2.000 unidades de este hatchback, una cifra impresionante pese a las adversidades que ha debido enfrentar. Pero el MG3 es mucho más que una cara bonita, porque se comporta tan bien como luce.
Excelente desempeño
En el vano frontal descansa un motor gasolinero de 1.5 litros, que en la versión automática produce 110 CV a 6.000 rpm y un torque de 150 Nm a 4.500 vueltas por minuto; esta unidad es la que nos acompañó en la prueba de manejo.

La transmisión es automática de cuatro velocidades, un sistema conciliador y ágil en sus reacciones, una caja que permite obtener un alto nivel de eficiencia en todos los escenarios: 10,8 km/l en ciudad, 17,6 km/l en carretera y 14,3 km/l en ciclo mixto.
Pero sin duda lo que más agrada en el ejercicio conductivo es lo aplomada y confiable que es la suspensión. Un esquema McPherson frontal y de barra rígida en el sector trasero es suficiente para que el MG3 mantenga sus cuatro neumáticos firmemente pegados al piso, incluso en las curvas, exigencia a la que por supuesto sometimos nuestra unidad de test drive; el asfalto de la Cuesta La Dormida nos sirvió para ese propósito.

El motor empuja bien, considerando que este hatchback pesa un poco más de 1.100 kilos, y en cuanto a elasticidad esta se presenta en una ración muy respetable. Los frenos no acusan los efectos de la fatiga, y la dirección posee un feedback bastante bueno… el que por supuesto se aprovecha mejor en medio de la ciudad.

En resumen, el MG3 es un hatchback bien construido y generosamente equipado, pero lo mejor de todo es que responde a las expectativas de los amantes de la conducción, de esos usuarios que ven cada salida como una oportunidad para divertirse frente al volante.
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