Porsche 911 GT3 RS 2023, emociones al límite
Llegamos hasta Silverstone en Inglaterra para conocer y manejar en pista el Porshe 911 GT3 RS, un deportivo que en casi 20 años de evolución se ha convertido prácticamente en una leyenda, por sus grandes capacidades de conducción que ahora se ven incrementadas por su gran desarrollo aerodinámico.
En el año 2003, se lanzó el primer Porsche 911 GT3 RS, un auto que contaba con capacidades de competición y que inmediatamente llamó la atención de los fanáticos de la velocidad, tanto por su gran desempeño como por su gran alerón trasero. Se trataba de una de las variantes más entretenidas de la generación 996, que en ese entonces se presentó con un motor naturalmente aspirado de 3.6 litros y con 381 HP a las 8.200 rpm.

Con el tiempo vinieron grandes innovaciones para este modelo y la receta fue mejorando cada vez más, con mayor tecnología y más potencia. El 911 GT3 RS de la generación 997 contempló potencias de 415 hp (para el año 2006) y 450 hp (en el 2009), pasando en el año 2016 a la generación 991 que incorporó un motor de 4 litros con 500 hp y agregó otros 20 caballos en el año 2018.
Es así que tras años de mejoras y cuando pensábamos que ya no se podía endulzar más la fórmula, llegamos a nuestros días, donde por fin podemos conocer la esperada nueva generación 992 del 911 GT3 RS, que se convierte en la más radical de todas, pues no solo evoluciona su mecánica y tecnología, sino que su capacidad para generar emociones infartantes, gracias a su gran trabajo aerodinámico que mejora su velocidad en pista y agarre en curvas.
Y aquí comienza lo divertido

Llegar a Silverstone y pisar esta pista legendaria que históricamente ha sido un punto neurálgico de la Fórmula 1 ya era motivo suficiente para sentir un sinfín de emociones. Y si a esto le agregamos ver y manejar este colosal Porsche, créanme si les digo que casi no hay palabras para describir una jornada tan perfecta.
Debo confesar que desde que me subí por primera vez a un Porsche, en mi caso un Boxster 718, me volví una fanática de la marca, de su tradición, de su concepto purista de manejo y de su capacidad de abrirse a nuevas tecnologías, como la electrificación, sin dejar de lado su ADN, como ocurre con el Taycan.
Pero ver un ejemplar como el GT3 RS en la capital de la velocidad es muy distinto a verlo en el showroom de la marca. Apreciarlo en su entorno más propicio, con su belleza desplegada sobre la pista hace que a cualquiera, siendo fanático o no de Porsche, se le pongan los pelos de punta.

Solo con verlo se aceleran las pulsaciones y al momento de subirse, se vienen mil imágenes a la mente, pues se trata de una bestia que cuenta con un motor bóxer atmosférico de 4 litros con 525 caballos de potencia que corta a las 9 mil rpm -sí, 9.000- y tiene 465 nm de torque, los que van asociados a una transmisión PDK de 7 velocidades.
Bajamos las revoluciones -no del auto, sino de mi corazón- y ya estoy lista para dar la primera vuelta de reconocimiento a la pista, la misma que he manejado en un simulador y recorrido mentalmente varias veces antes de llegar. Solo que ahora es en realidad, arriba del 911 GT3 RS, el que se ubica por sobre el Carrera S -que pude manejar en hielo en Canadá- y por debajo del más poderoso Turbo S, pero que no tiene nada que envidiarle, pues la conducción en pista es pura y radical. ¿Gran desafío no?
Dos pasadas y a fondo

Durante la primera vuelta la tarea fue conocer el auto, su aceleración -alcanza los 0 a 100 km/h en 3,2 segundos-, sus frenos, su estabilidad y por supuesto, reconocer la pista, que se me hizo familiar gracias a los entrenamientos que había tenido las semanas previas.
La segunda ya empezamos a sentir más emociones y al finalizar las vueltas de mi turno, ya la adrenalina se había apoderado por completo de mí. Encontré respuestas ágiles e inmediatas, una dirección muy comunicativa que responde milimétricamente a cada tacto del volante, por lo que se hacía vital no sacar las manos del volante ni un solo segundo, para tener bien firme a este ejemplar RS, que si bien cuenta con una gran artillería de seguridad, no duda en mostrarte los dientes.
Es por ello también que la suspensión es dura, hecha para pista y no para un andar confortable en el día a día, pues su vocación es la velocidad.

Me sorprendió el gran agarre en curvas, ante lo cual juega un papel importante la activación del DRS que permite mayor estabilidad al virar, permitiendo a la vez que mientras más rápido fuera en rectas, más me pegara al piso, por la apertura y cierre del alerón trasero.
Las relaciones de cambio son cortas, lo que permite que el motor vaya alegre la mayor parte del tiempo, generando sensaciones únicas.

Para rematar la experiencia, me subí de acompañante con un piloto profesional de Porsche, para sentir como era dar unas pasadas con un manejo a fondo y solo puedo decir “im-pre-sio-nan-te”. Si bien salí un poco mareada de la pista, ja, ja, al recordar el rugido de ese motor atmosférico andando a 260 km/hora, inmediatamente se me viene a la mente una sonrisa, un alerón enorme y una sensación de disfrute única.
Una aerodinámica magistral

Una de las mayores virtudes del nuevo GT3 RS consiste en el avanzado trabajo aerodinámico que se realizó, gracias al cual este modelo logra un peso de 1450 kilógramos, mejorando su rendimiento en curvas.
Por donde miremos hay detalles diseños pensados para aligerar el peso del auto, así como componentes que fueron fabricados en polímero reforzado con fibra de carbono.
Pero vamos por partes. En el frontal encontramos un splitter que divide el aire para que circule por encima y por debajo y así hacerlo más estable, unido a un paragolpes delantero más agresivo.

También encontramos otros elementos típicos de esta variante como unas entradas de aire delanteras bastante generosas y un capó que también cuenta con tomas de ventilación por donde fluye el aire del radiador central.
Por el costado destacan otros elementos aerodinámicos como sus deflectores laterales regulables en la zona de la rueda delantera que aseguran que el aire vaya hacia el costado del vehículo.
En los pasos de rueda traseros encontramos una toma de aire y una pequeña aleta que potencia el flujo del aire. Tal como dijimos, por donde miremos, vemos que nada en este diseño es al azar y que los ingenieros de Porsche se tomaron muy en serio su trabajo al buscar mejorar su coeficiente aerodinámico.

En la zaga notamos el componente más característico de los GT3, que es este gran alerón trasero con soporte del tipo cuello de cisne y cuyo borde superior es más alto que el techo del automóvil que tiene una altura de 1,32 metros. Siguiendo con las medidas, tenemos 4,57 metros de largo; 1,90 m de ancho y la distancia entre ejes es de 2,45 m.
Siguiendo con el apartado aerodinámico, por primera vez se instaló un sistema DRS, es decir, un sistema de reducción de resistencia al aire (Drag Reduction System) que pone recto el alerón, mejorando la velocidad en rectas y que en curvas proporciona una carga de 409 kg a 200 km/h, mejorando al doble respecto a su antecesor.
En la zona trasera además hay un difusor de gran tamaño, de diseño similar al del GT3 y que queda dividido por las dos salidas de escape centrales.
Tecnología al servicio de la conducción

El nuevo GT3 RS cuenta con 3 modos de manejo: normal, sport y track, que nos permite ajustar los reglajes de la suspensión y compresión. Igualmente podemos regular el diferencial en el eje trasero a través de unos mandos giratorios en el volante.
Otro punto para aplaudir en este nuevo GT3 RS son los frenos, y bueno, claramente con estas cifras combinadas de potencia y torque no podía ser de otra manera, pues no olvidemos que aunque se trata de un auto apto para calle, tiene un chasis calibrado para circuito.
El GT3 RS cuenta con unas llantas forjadas de aleación ligera con sistema monotuerca, acompañados de neumáticos homologados para carretera Michelin Pilot Sport Cup 2 R de 275/35 R20 adelante y de 335/30 R21 para los de atrás. Los frenos son de alto rendimiento con pinzas monobloque de aluminio con seis pistones y discos de 408 mm de diámetro y de forma opcional se ofrece un sistema de frenos cerámicos Porsche Ceramic Composite Brake (PCCB), con discos de 410 mm en el eje delantero y de 390 mm en el trasero.

Al finalizar la jornada, solo puedo decir que quien diga que los autos solo sirven para transportarnos, están muy equivocados. Si bien te llevan de un punto a otro, en deportivos como este, que es uno de los reyes por excelencia, no solo llevan tu cuerpo, sino que también tu espíritu y cada una de tus emociones que se exacerban con cada rugido del motor.
Me voy de vuelta a Chile con el corazón feliz. Gracias a Porsche Center Santiago y a Porsche Latam por haberme dado esta oportunidad de disfrutar a concho en este circuito y en estos paisajes que quedarán eternamente atesorados en mi retina, mi mente y corazón. Quedaré a la espera de su llegada a nuestro país para revivir, aunque sea por unos momentos este día que jamás olvidaré.
