Porsche Ice Experience, ¡Así es manejar un 911 en hielo!
Aprender a traspasar el peso del 911 sobre sus ejes y a controlar la trayectoria, son algunos de los ejercicios con que partimos el Porsche Ice Experience en Canadá, para seguir con el manejo adecuado del subviraje y sobreviraje para guiar al auto en la nieve y no que el auto nos guíe a nosotros.
Por Paola Leyton
Es verano en Chile e invierno en Canadá, la temporada en la que la nieve, el hielo y otras condiciones traicioneras sirven como una experiencia de conducción completamente nueva y emocionante.
Y es el momento donde una de las experiencias de manejo más apasionantes que existen a nivel mundial se lleva a cabo en Montreal. Hablamos del Porsche Ice Experience, que este año, tras un receso por la pandemia regresó a Canadá, en su decimosegunda versión.

¡Y nos invitaron a participar!
Tras horas de vuelo y mucha incertidumbre, producto de viajar en tiempos de Covid, logramos llegar a Mecaglisse en Montreal, Canadá. Un circuito muy entretenido con una serie de secciones emocionantes; dos circuitos y dos trazados de manejo desafiantes que exigieron toda nuestra atención, proporcionándonos sensaciones de conducción únicas.

Dos instructores de la Porsche Sport Driving School estuvieron a cargo de nuestro grupo, quienes nos entregaron la información teórica sobre el comportamiento físico del desplazamiento del auto, para después ponerla en práctica con una serie de ejercicios.

Y sin duda, lo más difícil fue “desaprender lo aprendido”, pues el manejo en nieve tiene otras reglas que el manejo en pista, por lo que hay que estar muy pendiente a seguir las instrucciones y no manejar como lo haríamos en condiciones normales o intuitivas.
Desde el péndulo hasta el rally escandinavo
Los autos seleccionados para vivir esta experiencia fueron los Porsche 911 Carrera S y 911 Carrera 4S, deportivos que además de sus excelentes condiciones de conducción, gracias a su tracción estaban optimizados con neumáticos para la nieve.

El primer ejercicio fue realizar un slalom con desplazamiento del eje trasero, una especie de péndulo, pues la idea es que el 911 realice semicírculos mientras pasa los conos. Por supuesto las dos primeras pasadas fueron para calentar los motores y ya a la tercera, recién comenzamos a encontrar la velocidad correcta para ejecutar el ejercicio, que hay que realizarlo sin frenar ni acelerar de manera brusca, realizando pequeñas aceleraciones para luego soltar el pedal y perder tracción, apuntando al siguiente cono. Por supuesto, muchas veces nos salimos de la trayectoria, pero era parte importante del aprendizaje.

En el segundo bloque aprendimos a virar, corrigiendo la trayectoria, un gran desafío, en el cual es crucial manejar la aceleración de manera adecuada y virar también de manera eficaz y al contrario de lo que uno lo haría normalmente, para enderezar las ruedas.
Aquí, sin duda el mayor desafío para conseguir hacer un drift es tener la sensibilidad adecuada en el pedal del acelerador. Si uno acelera demasiado, perdemos el control saliéndonos del trayecto, pero si pisamos poco no conseguiremos hacer el derrape.

Encontrar el momento exacto donde virar con la aceleración adecuada, es complejo, pero cuando se consigue es fantástico.
Dentro de este ejercicio vimos varias modificaciones como la ejecución del rally escandinavo, donde se busca que las ruedas traseras durante las curvas pierdan agarre para buscan deslizar ese eje, soltándolo con un sobrevirale y luego dándole un contraviraje brusco. ¿Fue fácil ejecutarlo? No, para nada, pero luego de varias pasadas, conseguimos hacer algunos derrapes bastante controlados.

La tercera parte y final de las pruebas fue poner en práctica todo lo aprendido durante la jornada en un circuito breve, pero con varias curvas cerradas, un par de chicanas y un slalom para demostrar algunas de las habilidades adquiridas.
El protocolo fue muy estricto, pues si alguno de los participantes perdía el control o se iba contra las paredes de nieve, todo el movimiento de la pista se detenía hasta que nuestro compañero lograra salir por sus propios medios o con la ayuda de los Cayenne dispuestos para el rescate. El llamado de detención lo sentimos unas 5 veces, pero rápidamente nos pusimos en marcha para completar las vueltas a la pista.

Luego de todo un día en Mecaglisse, obtuvimos nuestro certificado de participación y aprobación del curso, pero más que eso, finalizamos la jornada con el corazón sobresaltado, llenos de emociones, adrenalina y muchas sensaciones vividas sobre uno de los deportivos más icónicos y poderosos, como es el 911, en esta generación 992.

Para conocer más de esta experiencia, te invitamos a revisar el siguiente video: