Renault Clio, el sucesor del 5 cumplió treinta años
En 1990 Renault decide salir de su zona de confort y reemplazar al modelo 5 por el Clio, un hatchback compacto que tendría la responsabilidad de trazar el futuro de la marca. Tras cinco generaciones y tres décadas el Clio continúa su evolución, como un referente dentro del segmento B.
Por Leonardo Pacheco
Antes de hablarles del Clio es importante conocer a su antecesor, el superventas Renault 5. Fue presentado en 1972, y en más de dos décadas se comercializaron alrededor de nueve millones de unidades en todo el mundo; un dato interesante es que en el 5 debutó el parachoques de resina.

Pero por más buena que sea una historia esta debe tener un final, y fue así como en 1990 la casa de Billancourt develó al sucesor del 5, el Clio, una denominación alfabética que reemplazó a los clásicos apelativos numéricos utilizados hasta entonces por la firma del rombo. El Clio causó muy buena impresión desde el principio, convirtiéndose en el Auto del Año Europeo en 1991, galardón que volvió a recibir en 2006.
La primera generación pertenece a la categoría de los “youngtimers”, automóviles coleccionables cuya edad supera los 25 años y que por derecho propio se les considera de interés especial; el Clio por relevar al 5 se ganó ese privilegio. El diseño exterior era sencillo y angular, noventero hasta la médula, destacando además la presencia de un motor multivalvular que producía 140 CV, sin dejar en el tintero que en esta generación se ofrecía una variante firmada por Williams, el mítico equipo de Fórmula 1.

Nada menos que ocho años tardó en llegar la segunda hornada, ejemplar en el que destacaba la presencia de una plataforma más larga que permitía ofrecer mayor espacio interior y que, desafortunadamente, exhibía un diseño de aspecto regordete que no fue muy bien recibido por los compradores de menor rango etario; sobre esta serie se desarrollo el Clio V6, un bólido equipado con motor central del que brotaban 255 CV.

En 2005 se enuncia la tercera evolución del modelo, camada que fue elegida Auto del Año Europeo el lustro siguiente. El diseño exterior ganó solemnidad, y el acuerdo establecido con la firma japonesa Nissan le permitió el uso de una nueva plataforma. La variante deportivo adoptó el apellido RS (Renault Sport), aunque en estricto rigor el modelo no incluía un auténtico “hot-hatch” dentro de su abanico de versiones, lo que por supuesto resintió las ventas.
Un estilo moderno
El cuarto eslabón de esta cadena evolutiva se agregó en 2012, un nuevo Clio aerodinámico y espacioso, que se acercó peligrosamente al Mégane, el exponente encargado de representar a la marca en el segmento C. Una versión RS le devolvió el sabor a la gama Clio, un excitante hatchback movido por un motor de 220 CV y que se utilizó en diferentes certámenes de pista y rally, entre ellos la Clio Cup.

La quinta generación debutó en el Salón de Ginebra del año pasado, y esta vez mostrando sutiles avances arquitectónicos entre los que destacan los osados faros delanteros y la mascarilla más a tono con lo que ofrecen los ejemplares más refinados de la marca. En esta serie ya se anuncian unidades electrificadas y otras de conducción autónoma, tecnología esta última que se masificará una vez que se cumplan las etapas de experimentación y desarrollo… falta para eso pero sin duda que llegará.