Reportaje, los efectos de la pandemia sobre la electrificación
El mercado automotor está experimentando un fuerte receso, una consecuencia directa de la crisis sanitaria que aflige a la humanidad. Otra secuela de esta pandemia es que –supuestamente- se ha frenado el avance de la electrificación, por lo que según los expertos las marcas no deberían aventurarse a dar fechas o asumir compromisos formales con sus clientes. ¿Es tan cierto eso?
Por Leonardo Pacheco
Antes de estallar la crisis sanitaria algunos países anunciaron, con fecha incluso, que ya no permitirían la comercialización de automóviles equipados con motores a combustión, un compromiso que por supuesto fue respaldado por los fabricantes de vehículos. Por ejemplo, en Noruega ese cambio se produciría en 2025, mientras que en Dinamarca, Finlandia, Suecia, Alemania, Holanda y Austria, el gran paso se daría el 2030. Francia, Italia y Reino Unido en cambio fueron más prudentes, anunciando esa exigencia para 2040.

Prácticamente todas las marcas del mundo han estado trabajando en el desarrollo de una completa gama de automóviles eléctricos, de todos los tipos y con los avances tecnológicos más diversos. Cientos de millones de dólares se han invertido, se han creado centros de investigación dedicados a la materia y también se ha recurrido a la experiencia de notables ingenieros; no podemos decir que los fabricantes no se comprometieron con este importante asunto… todo lo contrario.
Pero de un momento a otro las reglas del juego cambiaron, al igual que las prioridades, por una pandemia que nos tomó casi por sorpresa obligándonos a replantear la forma en la que estamos viviendo; un remezón a la humanidad que por supuesto tendrá su efecto en el futuro del automóvil.

Según algunos especialistas, como el mandamás de Volvo, Håkan Samuelsson, la pandemia acelerará el proceso de electrificación, aunque aún no se ha precisado la forma en que se producirá esa supuesta aceleración; ¿de 2025 se adelantará a 2022… o de 2030 a 2025? Y también hay quienes aseguran que esta crisis será usada como pretexto para retrasar el ingreso de los automóviles eléctricos a los países que lo anunciaron, estirando así un poco más la vigencia de los ejemplares provistos de motores térmicos.
Este tema hay que analizarlo desde varias perspectivas, porque tomemos en cuenta que gran parte del camino hacia la electrificación ya se recorrió, y el siguiente capítulo lo tienen que escribir los fabricantes de baterías, porque de ellas depende que un automóvil eléctrico logre su máximo potencial de eficiencia; el proceso sigue con los generadores de electricidad y luego con los gobiernos de cada país.
Sin cambios en la agenda
Tomando todos los elementos que están disponibles es correcto pensar que el proceso de electrificación no se adelantará ni se atrasará, sino que se cumplirá en los plazos que ya estaban siendo confirmados por los fabricantes. El Grupo Volkswagen anunció que para 2028 ofrecerá nada menos que 70 modelos eléctricos en su gama, entre todas las marcas, agregándose dentro de los planes la fabricación de sus propias baterías… al menos en este caso particular no hay ajustes en la estrategia.

En China se vive una evolución más acelerada incluso, un mercado donde ninguna marca quiere quedarse fuera de este proceso de cambio y en el que además ya se manejan autonomías sorprendentes, como los 520 kilómetros que ofrece el BYD Tang 600. Y volviendo al Grupo Volkswagen, se confirmó una inversión de 2.200 millones de dólares para impulsar el desarrollo de la electromovilidad en las marcas que controla ese grupo en la nación asiática; es mucho dinero involucrado como para andar jugando con las fechas.

Una vez superada la pandemia y recuperadas las economías del mundo, lo que esperamos suceda pronto, las marcas seguirán avanzando hacia la electrificación de sus automóviles. Las fechas comprometidas no deberían modificarse, al menos no de una forma drástica, porque como ya lo señalamos la mayor parte del proceso está cumplido y lo que resta es afinar los detalles concernientes a la generación y distribución de electricidad, y al desarrollo de baterías más eficientes.