Test Drive Renault Kwid, un automóvil pequeño que se mueve a lo grande.
Probamos la Fase 2 del Renault Kwid, uno de los ejemplares más convenientes que podemos encontrar en el extenso catálogo del mercado automotor chileno. Exhibe un diseño exterior actualizado y una mayor carga de equipamiento, aunque su motor sigue siendo discreto.
El Kwid es pequeño, un citycar de tomo y lomo, presentándose con un largo total de 3.680 mm, una anchura de 1.752 mm con espejos, 1.474 mm de alto y con una distancia entre ejes de 2.423 mm.
El diseño se muestra evolucionado, porque se trata de la Fase 2. Los faros se angostaron, aunque poseen el espacio suficiente como para recibir las luces de viraje y los ópticos diurnos de ledes, y más abajo e insertos en los extremos del parachoques están las luces principales, esas que sirven en la noche, en una posición que les permite realizar de mejor manera su trabajo.
Esta Fase 2 también exhibe un nuevo habitáculo, un ambiente mejor logrado y equipado, beneficios que por supuesto se disfrutan mayormente en la variante tope de gama... en el nivel denominado Outsider.
Al Renault Kwid lo impulsa un motor gasolinero de tres cilindros, un bloque de 1.000 cc de desplazamiento y que produce una potencia máxima de 66 CV y un torque de 91 Nm; homologó un rendimiento de hasta 21,6 km/l en carretera, según el 3CV.
La transmisión es mecánica de cinco velocidades, mientras que los frenos presentan discos adelante y tambores atrás. La suspensión es McPherson delantera y de puente rígido trasero… mientras que el despeje a piso alcanza los 185 mm.
¿Quieres saber algo más acerca de esta pequeño SUV de carácter citadino? Entonces te invitamos a revisar el siguiente link.